El estudio, realizado por el departamento de ciencias de la informática de la Universidad de Stanford, apunta que un teléfono Android usa más energía cuanto más lejos de la antena telefónica está y en función de los obstáculos que haya entre esta y el terminal.
Según los investigadores, el consumo del resto de de actividades del teléfono se pueden aislar mediante algoritmos. Así han logrado crear una aplicación que recolecta datos sobre el consumo energético.
Rastrear sin acceso al GPS del Android
La solución creada no necesita permiso para acceder al GPS o a otros proveedores de posición. Unicamente a la conexión de red y a la información de la batería, permisos muy habituales que no suelen levantar sospechas.
Con sólo unos minutos de aprendizaje, los algoritmos son capaces de “ver” a través del ruido del consumo de las aplicaciones y analizar el que tiene que ver con la posición del terminal.
A pesar de todo, existe aún un pequeño obstáculo. La aplicación creado por los autores del estudio fue incapaz de acceder a la intensidad de la señal telefónica. Algo que sería fundamental para dotar de máxima precisión a esta estrategia.
Los smartphones están llenos de sensores. Muchos usuarios tratan de limitar al máximo el acceso de las aplicaciones a estos. Sin embargo, este estudio revela que hasta lo más básico tiene potencial para convertirse en una amenaza para nuestra privacidad.
Creo que la gente suele olvidar que los teléfonos inteligentes están llenos de sensores. GPS, micrófonos o cámaras.
Este último trabajo muestra que las características básicas (consumo de batería) monitorizadas correctamente proporcionan el potencial para invadir la privacidad
Llegamos a un punto donde la única estrategia segura para utilizar un teléfono es quitar la batería, y no se puede hacer con todos los teléfonos.
Fuente Talentidea